12 de ABRIL DE 2010. PLAZA DE TOROS DE SEVILLA. EMOCION Y CASTA TORERA DE OLIVA SOTO


Que diferencia entre lo vivido esta tarde en la Maestranza y a lo que habitualmente estamos acostumbrados cuando aparece el toro aborregado y domestico.
Los toros del Conde de la Maza, muy bien presentados, musculados y bien armados, ofrecieron variedad en sus comportamientos sacando a relucir muchas dificultades que imponían en el albero emoción y riesgo. Por eso esta tarde nadie se aburrió. Por eso esta tarde hubo espectáculo y no vimos varas simuladas, aunque habrá quien diga aquello de que preferimos la sangre y el circo romano, pero la Fiesta es esto: emoción, riesgo y toreros dispuestos y entregados.
La terna compuesta en primer lugar por un matador riojano, Diego Urdiales, que ya demostró el pasado año que puede, sabe y quiere enfrentarse a este tipo de toro, solventa con mucho decoro las dificultades que presentan. Su primero se apagó pronto. Nunca le perdió la cara, aunque por la falta de fuerzas y el calamocheo su labor no pasó de discreta. En el cuarto, que era algo, pero no mucho, más manejable que su primero, se fajó con el toro, que derrotaba hacía el cielo cada vez que se lo pasaba por la faja. Tanto es así que a punto estuvo de quitarle la cara de un pitonazo. Merece la pena esperar a este torero para otra ocasión.
Antonio Nazaré apechugó con un lote nada facil, pero con los que había que estar más entregado y dispuesto. No es cuestión de exigir a quien es modesto y torea poco, pero cuando las oportunidades escasean no puede fallar el ánimo y no queda más remedio que aguantar tarascadas y tratar de sortear dificultades a base de entrega y ganas.
El triunfador fue un chaval modesto que nació en Camas y que durante la tarde ofreció un recital de corazón y entrega aderezado también de buen toreo en bastantes fases de sus faenas. Sevilla se entregó y con razón a Oliva Soto porque Oliva Soto se entregó a Sevilla. No era cuestión de discutir más o menos pulcritud, era cuestión de reconocerle a este torero que ante toros en plenitud y con dificultades, aguantó a pies quietos series emotivas, moviendo bien las muñecas y la cintura para que muchas de las figuras que quitan el sitio a estos modestos se les caiga la cara de verguenza cuando se pelean por torear todos los subproductos del encaste Domecq.
Oliva Soto merece mejor trato por las empresas. Esta tarde se lo ha ganado a pulso.

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