Archivo de Septiembre, 2016

SEVILLA, 25 DE SEPTIEMBRE DE 2016. TOROS DE HNOS. GARCÍA JIMÉNEZ Y OLGA JIMÉNEZ PARA SEBASTIÁ, CASTELLA, J.M. MANZANARES Y LÓPEZ SIMÓN. COKTELERA TAURINA

Para que el espectáculo taurino de esta tarde en Sevilla en el que se encartelaban tres figuras de lo más alto del escalafón hubo necesidad de agitar la coktelera con los siguientes ingredientes.
Elección de un ganado de procedencia “juan pedro” enmarcado en el medio toro moderno.
Presentar a reconocimiento las reses anunciadas de dos hierros de Matilla con escaso trapio intentando que la autoridad trague.
La autoridad responde rechazando tres toros del ganado anunciado más otro de Sampedro y otro más de Parladé.
La corrida se completa con cuatro animales de Matilla más dos remiendos de Hnos. Sampedro.
Los seis toros lucían aparatosas testas desarmonicos con su estructura terciada, excepto el segundo, de trapio impresionante del hierro de Olga Jiménez.
Respondiendo al comportamiento del medio toro actual, ni que decir que todas las varas fueron un simulacro y que por supuesto no se ejecutó ningún quite.
Con estos cuidados argumentos taurinos, los seis toros, con más o menos fuerza y dificultad sirvieron para la muleta. Otra cosa fue la respuesta de los matadores.
Castella en su primero nos obsequia con su acostumbrada tauromaquia de “estética desviada”. Compone la figura. Tira del toro para fuera. Abusa del pico. Encandila a la gente y logra dos orejas de pueblo. Con una hubiera bastado de sobra.
El cuarto, de nombre Despierto I de Hnos Sampedro, llega a la muleta sin picar y haciendo honor a su nombre. Saca casta y problemas en su embestida. Castella no puede con el morlaco. La banda ayuda con el pasodoble Puerta Grande, pero la labor deslucida del diestro se diluye y falla a espadas. Hubiera sido un despropósito su salida por la Puerta del Principe.
El primero de Manzanares es suave y noble en la muleta. Manzanares tira de su repertorio del toreo en línea y desviado que nos tiene acostumbrado. No conecta con la gente y recibe un aviso.
En el quinto la historia fue muy distinta. Comienza con los resabios de su repertorio, pero en mitad de faena intercala un cambio de mano que merecía una escultura. A partir de ahí toreo de verdad, en redondo como mandan los cánones. La gente en pié. La emoción cala en los aficionados. Así debiera ser siempre. Mata a la segunda. Oreja con petición de la segunda que el presidente con buen criterio no concede.
Suso y Blazquez saludan en banderillas.
López Simón sortea dos toros nobles y manejables a los que administra infinidad de pases sin temple, dando tirones de la pañosa, y con nula profundidad. Debe colocarse adecuadamente, adelantar la mano y templar las embestidas. Defraudó, en una palabra.

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SEVILLA. 24 DE SEPTIEMBRE DE 2016. TOROS DE ALCURRUCEN PARA MORANTE DE LA PUEBLA, PACO UREÑA Y JAVIER JIMÉNEZ. EL INHIBIDO, EL ENTREGADO Y LA PROMESA EMERGENTE.

Una tarde más y en esta temporada ya van más de “tropecientas” en la cual el toro con todas sus aptitudes brilla por su ausencia. Animales presuntamente bravos de Alcurrucen, rematados de cuerpo y escasos de cara y casta, como exigen las presuntas figuras de hoy. Si a esta falta de virtudes le añadimos también escasa fuerza y los que medio llegaron con gas a la muleta se apagaron pronto, tenemos como resultado una tarde anodina, aburrida, con una duración de casi tres horas capaz de aburrir al más optimista de los aficionados.
Morante esta tarde mostró escasa vergüenza taurina. No es admisible que este presunto artista se muestre con tan poca actitud taurina, que no muestre ni un ápice de vergüenza torera para justificar su buena soldada y de paso enfadar a quienes pagan buen dinero por una entrada cara. Morante tiene obligación de corresponder a esta demanda del espectador que paga, sea aficionado o no con entrega y actitud positiva y dejar de envolverse en esa aureola de falso artista para esconder sus carencias de mal lidiador y escaso valor. No puede inhibirse de la lidia, apegado a las tablas, largando mantazos, dejar que los subalternos dirijan la lidia, poniendo a los toros en suerte de cualquier manera, dejar que los picadores masacren sus toros, en definitiva desarrollar una labor negativa, gracias a que una parte de la Sevilla clueca le consiente.
Esta tarde hizo el paseíllo y se largó cobrando sin justificar su trabajo.
Paco Ureña entra en el cartel gracias a su buena temporada, pero no olvidemos que su tauromaquia la desarrolla en toros encastados de ganaderías no apetecidas por las figuras. Hoy se enfrenta a toros descastados, parados y flojos.
A diferencia de Morante, el murciano se despega de las tablas, busca al “alcurrucen”, lo para en los medios, ejerce de director de lidia y en la muleta administra los muletazos justos pero escasos que le permiten sus descastados oponentes. Transmite a los tendidos esa entrega y vergüenza torera que echamos de menos en Morante.
El triunfador de la tarde se llama Javier Jiménez. Es una alegría comprobar la trayectoria ascendente de este torero de Espartinas. Bien es cierto que Clarinete, nombre de su primer oponente, de la buena reata de toros músicos de Alcurrucen, fue el mejor del festejo al que le fue posible enjaretar dos tandas de naturales excelentes y una trinchera de cartel. Una pena que fallara una vez más con la espada, circunstancia que le hizo perder una oreja.
El sexto fue devuelto por inválido y sustituido por un buen toro de Joselito, hierro de El Tajo. Buen toro en los dos primeros tercios. Tenía movilidad, buscaba pelea, cumplió más que bien en varas, pero cuando se preveía faena grande de muleta, el astado se paró y no hubo manera de sacarle ningún muletazo. Jiménez lo intentó pisando terrenos comprometidos recibiendo un volteretón que aún nos preguntamos como pudo continuar la lidia. Al final pasó a la enfermería.
Destacó Pedro Iturralde picando al quinto y los pares de banderillas de Lipi al sexto.

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