10 DE ABRIL DE 2010. PALAZA DE TOROS DE SEVILLA. TARDE PARA AFICIONADOS


Gusto da contemplar la plaza con aficionados cabales y ausencia en burladeros y palcos de convites de politicos gorrones. Gusto que esos aficionados consideraran que los novilleros noveles no pudieron con la novillada y no hubo orejas de saldo, pero solamente un “pero”. No se puede pedir saludos a banderilleros por pares solamente coorrectos.
Los novillos de Espartaco, bien presentados en general, bajaron en trapio los tres primeros y algunos de ellos demasiado cómodos de cabeza para plaza de primera. El juego que ofrecieron pareció de otros tiempos, pués los astados pidieron el buen toreo, pidieron toreros con poder para solventar primero ciertas dificultades y después templarlos. Los mejores, tercero, cuarto y quinto, sin desmerecer los otros tres que también eran toreables, aunque no tan claros.
Estos novillos recibieron en los caballos más castigo que los que recibiran en breves días toda la casta Domecq que vendrá a la Maestranza y entre los picadores es un placer ver como Manuel Montiel y Antonio Saavedra, maestros veteranos, torean a caballo, tiran la vara de largo y saben dosificar el castigo. Un !ole¡ por los dos picadores.
Los noveles novilleros educados para afrontar el toro dócil y aborregado de moda, demasiado hicieron en poner todo de su parte para intentar lo que no consiguieron. Se agradecen los quites, aunque no resultaran artisticamente asumibles. Se agradece la entrega de los tres, demostrando Luís Miguel CASARES que es pura vulgaridad: muchos pases a media altura, tirones, y dudas. Cristian ESCRIBANO atesora más temple y el comienzo de faena al segundo con pases cambiados por la espalda y dos trincheras de cartel que preconizaban buena faena ante un buen novillo, pero la continuación de su labor se diluyó en tandas a media altura y enganchones. Con el buen quinto novillo no pudo en ningún momento y recibió hasta dos avisos.
El camero Esaú FERNÁNDEZ tampoco pudo con el novillo tercero al que solamente al final de la faena y cuando el bicho acortó la embestida se puso encimista. Con el sexto de la tarde, que tenía pinta de toro y fué el mejor presentado, Esaú inició su labor de muleta con dos tandas de naturales que prometían faena grande, pero la continuación se perdió entre muletazos a media altura que diluyeron la faena hasta pinchar en varias ocasiones.
La tarde transcurrió entre el buen juego de los novillos de Espartaco y el quiero y no puedo de los novilleros, todo ello aderezado por una madre de dos crios de seís o siete años que se pasó la novillada comentándole bajito a sus hijos, como debe ser en la Maestranza, todas las incidencias del festejo, al mismo tiempo que les enseñaba a querer la Fiesta, Gracias señora anónima por la gran lección de torería.

  1. #1 por Desde el 11 - Abril 10th, 2010 a las 12:36

    Lleva razón. No se puede poner ante una novillada como ésta a dos novilleros tan inexpertos como Esaú Fernández y Cristian Escribano (qué feos nombres para un cartel de toros!). Deberían haber formado parte de las novilladas del verano. Pagarán cara la prisa de sus apoderados por ponerlos en novilladas de postín.

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