SEVILLA, 14 DE ABRIL DE 2016. TOROS DE NUÑEZ DEL CUVILLO PARA SEBASTIÁN CASTELLA, J.M. MANZANARES Y JOSÉ GARRIDO. LOS TOROS GANARON A LOS TOREROS.


Tras la apoteosis de ayer pensábamos que se volvería al toro chochón que nos tienen acostumbrados, pero hermosa sorpresa que no ha sido así.
La corrida de Cuvillo, bien presentada, menos los que se corrieron en segundo y cuarto lugar que más bien eran novillos adelantados.
A nuestro entender y con la seguridad que levantará alguna polémica, podemos asegurar que la nota media de los toros de esta tarde fue superior a la de Victorino. Han sido cinco toros de nota alta en la muleta, aunque también hay que reseñarlo en alguno de ellos se simularon las varas como sigue siendo habitual en estos tiempos.
Destacó sobre el resto el quinto de nombre TRISTÓN. Sobresaliente en la muleta. Manzanares estuvo superficial con este toro.
El garbanzo negro fue el sexto, complicado, embestida descompuesta y cara alta, que requería una lidia de dominio que hoy no se estila ni se espera.
Encabezaba el cartel Sebastián Castella al que correspondieron dos “cuvillos” muy potables instrumentando infinidad de muletazos sin empaque, desviados, muchos de ellos fuera de cacho y así no es posible calar en Sevilla. Este torero lleva varias temporadas con el mismo guión y con estos mimbres no se profundiza en conseguir pases rematados cargando la suerte pisando terrenos comprometidos.
Manzanares ejecuta el toreo desviado, pero con temple y estética. Es una tauromaquia muy especial y con alto grado de aceptación en Sevilla, donde llaman ya al fino torero de Alicante “el consentido”. Pues bién, por esta labor de pases despegados, pero con la habilidad de ligar antes del final del recorrido de la res, el torero es obsequiado por el amable público ocasional y festivalero de feria con un trofeo en cada uno de sus toros.
José Garrido vino a por todas a Sevilla. Su primero toro no era nada fácil. Consiguió meterlo en la canasta a base de insistir y aguantarlo mucho. El público estuvo algo frio con el extremeño a pesar de dar algunos naturales estimables, aunque es verdad que poco ligados.
Al entrar a matar fue enganchado de mala manera, aunque afortunadamente sin cornada, pero quedando maltrecho, por lo que le costó matar al toro escuchando dos avisos, pasando a la enfermería para salir a matar el sexto de la tarde. Este toro fue el de menos clase del festejo. Derrotes peligrosos, medias embestidas, cruzado en ocasiones y cara alta. Garrido intentó el toreo, pero esa labor no procedía. Este toro requería lidia de dominio y pasaporte rápido.
Destacó en banderilla EL SUSO en el quinto de la tarde.

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